15 sept 2005

Mejor que en tu casa no vas a estar en ningún sitio...¿? Boletín Informativo Sept 2005 nº 1 - pág 9.


Seguramente el lector estará de acuerdo con la frase, si además hablamos de los Mayores, o de nosotros cuando seamos mayores el acuerdo será casi unánime. Sin embargo son muchas, muchísimas las ocasiones en las que permanecer a toda costa en la casa familiar no es la mejor opción, en otras ocasiones ni siquiera es posible considerarla como una opción. Se dan infinidad de situaciones familiares: abnegados esposos y esposas que cuidan con una ternura casi infinita a sus parejas, hijos o hijas que renuncian a su propia libertad y dan parte de sus mejores años para cuidar a su familiar, también se dan ocasiones en las que no basta con la abnegación o el sacrificio .
El Alzheimer afecta y evoluciona de manera distinta en cada persona, a la vez que incide sobre las familias de formas muy variadas.
Como ejemplo se describen algunas de las circunstancias que pueden darse de modo que sea necesario plantearse ingresar al enfermo en una Residencia:
- Llega un momento en el que el enfermo necesita determinados cuidados de tipo socio-sanitario que la familia, no sabe, no puede o no tiene posibilidad de darle.
-El familiar cuidador está sometido a tal presión y sobrecarga que se encuentra desbordado por la situación encontrándose incapaz de cuidar adecuadamente a la persona.
- El cuidador está dispuesto a sacrificarlo todo por su padre o madre pero las circunstancias no lo están: su pareja, sus hijos, la economía, el trabajo, la salud…..
- Etc..
Ingresar a un enfermo de Alzheimer en una Residencia no significa el fin de los problemas, una vez ingresado es fundamental hacer un seguimiento continuo ya que el afectado por el Alzheimer pierde la capacidad para defenderse por sí mismo. Este seguimiento se traduce en frecuentes visitas al centro residencial que servirán no solo para mantener el contacto y el cariño que el enfermo necesita y se merece, además permitirá prestar atención a los siguientes aspectos:
a)La Residencia: Las frecuentes visitas nos permitirán observar el estado del edificio, las instalaciones, la higiene, el grado de masificación, etc. Las empresas e instituciones están obligadas a cumplir determinados requisitos. Si detectamos alguna deficiencia debemos comunicarlo a la dirección del centro para que lo solucionen, si no hacen caso pediremos el libro de reclamaciones y haremos constar lo sucedido. En casos graves , por ejemplo, la vulneración de los derechos fundamentales del enfermo, deberemos ponerlo en conocimiento de la Inspección de Servicios Sociales.
b)El Personal: Visitando frecuentemente al enfermo se tendrá ocasión de observar el trato dado a nuestro familiar y a otros residentes, el trabajo que la dirección y los profesionales del centro llevan a cabo. Es importante detenerse en el trabajo que el personal auxiliar realiza , este personal da de comer y beber, acuesta, lava, acompaña al baño, limpia al enfermo etc... este trabajo es sumamente vocacional y muy duro, por ello hay que comprender los fallos y errores que se puedan tener. Si encontramos alguna irregularidad debemos proceder como se ha descrito en el apartado anterior.
c)El estado del enfermo: El peso, la alimentación, la piel ,la movilidad... La enfermedad y la edad deterioran por sí mismos a la persona, en la mayoría de las ocasiones el paso del tiempo producirá deterioros y complicaciones que no son achacables al hecho de estar ingresado en una residencia. El realizar un seguimiento a nuestro familiar no detendrá el paso de los años ni el avance de la enfermedad, pero contribuirá a mejorar la atención y los cuidados que recibe por parte del centro y del personal que trabaja en el mismo.
Hoy son nuestros padres, mañana podemos ser nosotros.
Miguel del Pino.
Director de UED AFAMO

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