Los grandes olvidados
Me han pedido que colabore con el boletín de AFAMO. Yo soy un lector empedernido, pero un pésimo escritor, así que haré un breve comentario sobre la enfermedad de mi esposa.
A mi señora se le diagnosticó la enfermedad de Alzheimer en el año 1.999, al principio nos creímos y además le diagnosticaron una depresión, ocasionada por la muerte de su madre que había padecido Alzheimer durante más de quince años. Vivía en Córdoba y mi esposa iba tres veces en semana a cuidarla desde Nueva Carteya, donde vivimos.
Después la llevamos a Madrid y a Pamplona a la Clínica Universitaria donde nos confirmaron que padecía la Enfermedad de Alzheimer. Entonces dijimos “esto es lo que hay, así que a asumirlo con la mayor resignación”.
Tenemos tres hijos, la mayor vive en Tenerife, la segunda en Marbella, y el chico que está soltero vive con nosotros. Yo soy el principal y único cuidador de ella, ya que mis hijas viven fuera, como he dicho. Doy gracias por tener mucha paciencia y tranquilidad que es lo que necesita esta enfermedad, y sobre todo mucho cariño y respeto hacia la persona enferma. Una paciencia a prueba de bomba, comprender que ellas no son responsables de sus actos, y hay que considerarlas como si fueran bebés.
Nosotros hemos tenido una vida muy activa, hemos tenido un bar más de 30 años, hemos pertenecido al Coro Rociero y a la Coral de Nueva Carteya. Quién ha tratado a mi señora, no cree que esta enfermedad pueda deteriorar tanto a una persona. Esta enfermedad cambia totalmente la vida del matrimonio y familia, es muy penoso ver que no conoce a sus hijos, sus nietos y demás familiares. Yo me he visto de la noche a la mañana convertido en su cuidador , en ama de casa, cocinero, enfermero, etc.
Mi consejo para el que tenga un enfermo de Alzheimer es que le tenga mucho cariño, que le hable con mucho mimo y que lo acaricie constantemente, que le diga palabras cariñosas y bonitas, que no se enfaden con ellos, que no son responsables de nada. Si hay que lavarlas y cambiarlas varias veces que no importe hacerlo con cariño, yo lo hago y estoy solo en casa. Esta enfermedad es terrible, porque morirse no tiene importancia pero ver apagarse poco a poco a la persona que uno quiere es muy duro, pero si la quiere como yo quiero a mi esposa todo lo haces con mucho cariño y resignación.
Estos enfermos son los gran olvidados de las Administraciones lo mismo la Central como la Autonómica, todo lo que prometen la mayoría de las veces no se cumple, pero eso tiene una explicación. Los políticos lo que quieren son votos, y como estos enfermos no están capacitados para votar no interesa gastar dinero en ellos, la prueba está en lo que prometen gastar en ellos que no gastan y lo que gastan en los viajes del IMSERSO que esos sí se gastan. Pero ellos sí votan y estos enfermos están incapacitados para el voto, por lo tanto no interesan.
Gracias a Mari esa maravillosa mujer que me ayuda a ducharla todos los días y que la cuida y la mima como si fuera una hermana, GRACIAS MARI. Mi agradecimiento a AFAMO, al personal administrativo y a esas maravillosas muchachas que con tanto cariño cuidan y soportan a nuestros enfermos.
GRACIAS.
Tomas Oteros Jiménez
Nueva Carteya
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