15 sept 2005

Diario de un nuevo día. Boletín Informativo Sept 2005 nº 1 - pág 8.

Son las nueve de la mañana y llegamos al centro, esta vacío, se respira tranquilidad y falta de vida. El teléfono empieza a sonar con las novedades de un nuevo día; medicación, calles cortadas, ¿Qué habrá hoy en la calle Enfermería? Las 9:30, toca el timbre ¡Buenos días! Llegan los usuarios acompañados de sus familiares con los que compartimos vivencias y consejos. ¡Por fin llega el transporte!
Llenando el centro de esperanza y nuestro semblante siempre amable refleja el reto de un nuevo día. Mientras las auxiliares acompañan a los usuarios y cambian de fecha el calendario en el “¡buenos días!” la psicóloga y terapeuta ocupacional comienzan a preparar las actividades para la jornada. Nos repartimos en los distintos talleres, ellos conocen su aula de estimulación y su privilegiado sitio.
Empezamos a nadar contra corriente, somos la motivación de cada uno, el motor de arranque y las guías de su nuevo día en el centro .Comienzan las actividades de estimulación cognitiva, una de las señoras se queja diciendo ¿Todos los días tenemos que poner la fecha? mientras el señor se levanta porque no puede estar parado. Empezamos a hacer fichas, algunos de ellos se resisten pero nos los camelamos y acaban realizándolo y pidiéndonos más. Llega la hora de ir al ordenador, entran con mucha alegría y salen de allí la mar de activados.
Mientras tanto en la sala contigua están elaborando pan, rosquillas, pestiños, etc. Es uno de los talleres de Terapia Ocupacional. Una de las señoras entre suspiros exclama : “no, no, que estoy muy mala, no puedo, no puedo” mientras uno de sus compañeros le anima “¡venga a trabajar que llega las 12 del día y no hemos hecho ná!” Al mismo tiempo el fisioterapeuta comienza con la estimulación física que se realiza en la sala destinada a ello. Sus usuarios acuden a su “gimnasia” unos con más ganas que otros. Comienzan brazos arriba y abajo, a la bici, a andar por la rampa … Todo consiste en moverlos un poco.

Lo mejor es cuando finaliza la sesión y dicen “nos has dejado hechos polvo pero mañana más”. Terminan todos los talleres y comienza el aseo de antes de comer, ¡a lavarse las manos y poner la mesa!. “¡Niña!, ¿Dónde están los vasos?, ¿hoy ponemos cucharas?, ¡ Ya está aquí la comida!” Venga caballero a repartir el pan que la comida se enfría. Según van terminando de comer comienzan las tareas domésticas, hay que recoger la mesa y ayudar en la cocina … mientras sus compañeros pasan a lavarse los dientes.
Llegó la hora de la esperada siesta... 60 minutos para ver las noticias, recordar batallitas y antiguos amores. Reanudamos los talleres, que esta vez nos cuesta si cabe aún más.
Pronto llega nuestra conductora que acompaña a los usuarios a su hogar donde descansan y se llenan de energía para comenzar otra vez junto a nosotros un nuevo día.




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