Homenaje a Mi PadreSiempre me gustó mucho escribir, pero nunca llegué a imaginar que una parte real de mi vida, pudiera llegar a ser una historia; y además poder darle a mi padre un homenaje a la vez que ayudo a otras personas que se encuentran en la misma situación. Un 27 de junio del año 1.927 nació un niño al que pusieron el nombre de “Manuel”, nació en el seno de una humilde familia, casi como todas las de aquella época. Él era el mayor de seis hermanos por lo que pronto tuvo que trabajar, estuvo muy poco tiempo en el colegio, como él decía “sé leer, escribir y las cuatro reglas”.
A pesar de sus pocos estudios, se desenvolvió muy bién, con el sudor de su frente y honradez llegó a ser muy joven “el capataz” de la finca donde trabajaba. Con apenas catorce años conoce a la que sería el amor de su vida “Su Rosario” y desde entonces siempre han estado juntos tanto de día como de noche, hasta hace dos años que Dios quiso separarlos; y ahora comienzan mis vivencias con él.
Mi padre ha sido siempre un hombre fuerte, luchador, trabajador y muy activo pero bastante desordenado, por eso cuando comenzó con esta enfermedad, ni mi madre ni yo pensamos nada raro. Con el tiempo me dí cuenta que nos culpaba a nosotras de todo lo que supuestamente perdía o no encontraba. Un día descubrí que apuntaba en un papel donde colocaba las cosas, como las gafas, llaves, reloj, herramientas, etc. A partir de aquí comencé a observarlo y con el tiempo él también comenzaba a darse cuenta de lo que le estaba sucediendo.
Un día decidí llevarlo al Neurólogo, por supuesto con mucho trabajo, porque decía que él no estaba loco, solo le fallaba la memoria. El médico nos dijo que tenía “Demencia Senil”, lo que confirmaba mis sospechas . Por el mismo tiempo murió mi madre y ese fué el detonante definitivo de su demencia y de su corazón. El día que ella falleció fue la primera vez que él perdió la noción del tiempo y casi el corazón, desde entonces tiene una “demencia vascular multi infartos” y cada vez ha ido a más. Hoy vive conmigo en mi casa porque es igual a un niño pequeño, hay que vestirlo, bañarlo, salir de paseo con él, etc.
Está en un centro de día de Alzheimer y a pesar de que está sólo tres o cuatro horas, se le nota, porque viene muy contento ya que está con compañeros igual que él, los cuales se entienden bien, hacen trabajos manuales, les ponen música que los relajan, hacen gimnasia y sobre todo les ayudan para que no se les olviden las cosas mas cotidianas de la vida, como por ejemplo comer solo y lavarse los dientes. “Afamo” que así se llama este centro, también ayuda a los cuidadores de estos enfermos, porque aunque parezca una tontería, todo el mundo necesita de un rato de libertad, esparcimiento o simple relax y ellos te ayudan mucho. Yo desde mi propia experiencia tengo que decir que eso es así.
Cuando me hice cargo de mi padre creí que era suficientemente fuerte para llevarlo solo, pero eso es imposible como ya he dicho antes, son como niños pero sin serlo. No los puedes castigar porque no lo entienden, te repiten las cosas mil veces, tienes que vestirlos, bañarlos, darles de comer a su ritmo y no al tuyo por mucha prisa que tengas y darle o negarle toda clase de manías que se les mete en la cabeza, y todo esto junto a los problemas cotidianos que el día a día te plantea, acaban por minar tu energía y tu fuerza mental. Para terminar diré que lo mas duro de esta enfermedad para mí es ver como el cerebro de una persona puede llegar a deteriorarse hasta el punto de perderse en su propio casa, no saber que es lo que tiene que realizar después de cada tarea hecha y olvidar a la persona que más ha querido y luchado a su lado “ Su Rosario”.
Ahora yo soy su vida, su mujer, su hija, su mamá, pero a cambio tengo la satisfacción de cuidar de él y comprender un poco lo mucho que ellos cuidaron de mí y a las muchas cosas que renunciaron. Por ahora hemos invertido los papeles, él es “mi niño” y yo “su madre”.
Gracias papá por darme la vida. Gracias Afamo por hacer que su vida y la mía sean mejores. Rosi .
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